sábado, 27 de marzo de 2010

Personaje nº 1: le gusta el café cargado.


Por fin mi personaje nº 1 se despertó y salió de entre sus sábanas.


Empieza los días tarde. Le gusta el café cargado y una historia de Vonnegut. A veces escribe canciones y cartas y poemas e historias sobre ficciones de la verdad. Lee y sonríe, y canta y silba. Sonríe. A veces duerme en una cama distinta a la suya porque disfruta del descanso de un poco más arriba. Es muy alto y de gran sonrisa. Ya lo he dicho, sonríe, sonríe y silba. Es rubio ceniza, claro. Justificar a ambos lados

Pero un día se levantó más temprano de lo normal. No fue normal, no. Suele dormir hasta tarde, algunos días hasta muy tarde, comiendo casi nada más despertar. Si, empieza los días tarde. Pero aquel día eran las ocho de la mañana cuando abrió los ojos y vio su habitación más desordenada que nunca. Había soñado muchas cosas, con muchas de las que ahora veía allí: el abrigo, los calcetines, los papeles llenos de grandes catedrales, y de pinturas famosas, la ceniza del cigarro con el que le habían quemado la noche anterior y también con los libros que había leído, con tres de ellos.

Me gusta el personaje número uno, a veces mucho. A él le gusta silbar y el café cargado y también escribir. Y aún no lo he dicho pero también se guarda historias, íntimas, secretas. Así es. Le gusta hablar, y guardar lo hablado con mucha gente. Le gusta escuchar y después pensar sobre ello, pensarlo y hablarlo en silencio.

Aquel día se despertó, ordenó su habitación y escribió una historia. La historia es un cuento sobre una chica que escribía cuentos sobre personajes. A esa chica le gusta el número uno, el prefiere el dos. Eso es porque le gusta meterse en un pequeño barquito en el que se tapa, del que sale de vez en cuando para divisar si hay peligro. Después se enciende la luz. Tiene los ojos algo cegados pues ha pasado un tiempo largo en el barco.

Al final, sale de entre sus sábanas. El personaje número uno es pequeño. Pero le gusta el café cargado.

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