viernes, 26 de febrero de 2010

Las gotas dejan marca.


Por fin el agua es buena señal.

Dentro de un gran manantial con un pequeño puentecito en el que sólo me cabe el dedo meñique del pie izquierdo. Con horas de más y tiempo de menos. Mucha agua y pocas luces. Haciendo honor a la peli que veremos la próxima semana. Habla de lluvia, de lluvia y agua y dejará marca al igual que las gotas en el suelo de la calle.

Estos días tenemos un nuevo mejor amigo cada uno, que nos pesa, que nos estorba, que se cae, que no cabe en ningún lado y no tiene lugar en ningún sitio, no. Sólo queda colgarlo de la espalda como aquella chica de la boina azul. O dejarlo abandonado en cada sitio al que vas, salir corriendo y, cuando las gotas se conviertan en chorretones que te estiran el pelo, volver llorando junto a él, rescatarlo y decirle que, jamás, volverás a hacerlo.

Inundada hasta mi cama pero deseando aprender más sobre el agua

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