Por fin la he visto, a la chica de la boina con paraguas.
La chica que camina delante de mí lleva un paraguas colgado en su espalda y una boina azul. Pero sólo yo puedo ver la boina, y es azul, si. El paraguas es casi más grande que ella y el azul de su gorro no se corresponde con su día. Va comiendo una pera. Se para y la lava en una fuente. Se gira varias veces hacia atrás pensando que yo la sigo. Nos toca seguir el mismo camino. Ya la conocía… y resulta que compartimos calle.
Sólo la he observado de espaldas, pero sé que… también tiene un día rojo.
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