sábado, 17 de abril de 2010

Caminando


Por fin grandes avenidas se confiesan.

"Si pudiera tener otro aspecto -se dijo- habría sido morena, como Hepburn, con una piel como de cuero arrugado y unos ojos muy hermosos. Habría sido, como ella, lenta y majestuosa; más bien pequeña y elegante; me habría interesado por la política como un hombre -pensó- y tendría una casa en el campo; y toda mi persona destilaría dignidad y sinceridad"

Pero lo cierto es que tiene una figura insignificante y una carita ridícula, tan picuda como la de un pájaro. Por otra parte se mueve con elegancia, tiene las manos y los pies bonitos y viste bien, considerando lo poco que gasta en ropa. Pero con frecuencia le parece ya que el cuerpo que habita, ese cuerpo con todas sus facultades, no es nada, nada en absoluto. Tiene la extrañísima sensación de ser invisible; de que nadie la ve ni la conoce; se le ha acabado el matrimonio y tener hijos, sólo le queda aquel sorprendente avanzar por la gran avenida que le lleva a su casa, de manera bastante solemne, junto con todos los demás peatones.

4 comentarios: